sábado, 18 de agosto de 2007

Allá él

Nueva entrada, iuju! Quiero proponerme escribir mucho, pero como ya dije con anterioridad, mejor hago y después digo.

Un día caminaba conmigo, veníamos pensando muchas cosas, hablábamos.

Cabe aclarar que hay días que uno no viene consigo y hasta hay días que uno trata de escapar de si mismo, de maneras realmente violentas. Pero este día no era el caso, y por suerte, hace mucho que no se da el caso de que no quiera estar conmigo.

La cuestión es que pensábamos en varias cosas, pero lo sorprendente es que somos tan amigos, que nos podemos contar infinidad de intimidades, pero así y todo, lo magnifico es que nos contamos chistes, nos sorprendemos a nosotros mismos y nos reímos solos, y yo me imagino que esta persona que conozco mucho pero nunca he visto, está caminando en un mundo de personas como él, que lo deben mirar y deben pensar: ¿qué loco está éste tipo, de qué se estará riendo? Por que a mi me pasa que la gente me mira, los miro, nos miramos entre todos, y no pasa nada, pero se que piensan eso o sólo quieren que les cuente el chiste a ellos también. ¿Le pasará eso a esta persona?

Hablamos de muchas cosas, nos contamos los problemas y nos proyectamos el futuro, ¡hay días que salimos con cada idea!, una vez uno de los dos y no recuerdo bien cual de los dos, se imagino lo siguiente, ¿qué pasaría si uno de los dos muriera antes que el otro?, lo pensamos y decidimos que era lo peor que nos podía pasar, no nos imaginamos la vida sin el otro, seriamos como unos chuecos de la vida, iríamos por las calles desequilibrados, medios amorfos, y seguramente seriamos mas tristes.

Fue un tema que estaba latente en cada reflexión, los dos sabíamos que queríamos hablar de eso, pero ninguno se animaba a hablar mucho del tema, siempre salía una conversación mas superficial, “que buen partido el del otro día”, “que bien comimos en lo de la abuela” o la más común, “si, realmente es hermosa”.

Así vivimos un tiempo, fue duro, en la cabeza de los dos, (que es una, pero para dos) se nos cruzó decidir la separación total, definitiva e indeclinable de esta relación, que sólo iba a traer problemas futuros. Pero nunca pudimos hacerlo, sabemos que estamos hechos el uno por el otro, no sabemos quien inventó a quien, pero entre los dos nos damos las gracias de nuestra hermosa creatividad.

Viendo que el problema, que un día habíamos planteado así como así, no tenía una solución muy buena, decidimos hacer lo siguiente, propusimos empezar a conocer otras gentes, relacionarnos más, abrir un poco la relación, admitimos que no fue nada fácil, pero ahora tenemos muchos amigos y pocas amigas (y eso no sabemos por que), pero sabemos que el problema de que cuando uno de los dos deje a uno, no va a ser tan difícil, por suerte estamos haciendo muchos amigos, de hecho él, ahora mismo, se va a jugar a las cartas, cosa que nunca me ha gustado, pero se divierte, la pasa muy bien y en ciertas ocasiones trae dinero, allá él.

1 comentario:

Gabo dijo...

JA... si aprendieramos todos a reirnos un poco mas de nosotros mismos, las cosas serian muy diferentes...
No pasa dia que no me hable a mi mismo.. y mas o menos como dijiste vos... quien puede ser mi mejor amigo mas que mi mismo?
El problema radica justamente ahi... en que en vez de ser nuestros mejores amigos... a veces nos convertimos en nuestros peores enemigos...
No nos permitimos reir, llorar, cantar, pensar, disfrutar!!! Que clase de imbecilidad es la que nos atrapa que no nos permitimos ser felices!???

En fin, a ver si tu otro yo y mi otro yo se juntan este finde... saludos!